CLI
Amanece en Yugeshwar.
Simplemente amanece, y nada más.
Jirones de vaporosa niebla
flotan sobre las aguas calmas,
que semejan la puerta de entrada
a un mundo del más allá.
Surgen voces de las arboledas,
de aves que se acaban de despertar.
Entre la bruma, vuela una garza,
y, del Sol, se parece vislumbrar,
del borde, pálida alfamarada.
Discurren las fluviales aguas,
remolonas, adormiladas.
La sustancia del aire es pura paz.
Todo es uno, todo se hermana,
formando una sola realidad.
Y hoy, como cada mágica mañana,
el Infinito desborda… Yugeshwar.