XLVIII
SEMANA SANTA EN CASTILLA
(A la "Penitente Hermandad de Jesús Yacente", de Zamora)
Semana Santa en Castilla.
Las vetustas calles se visten de violeta.
El dolor se vuelve sangre,
en las figuras de los pasos, que despiertan.
Contemplan, de madrugada,
centenarios sillares de gastada piedra,
queda, silente, pausada,
descender la procesión, hasta la vega.
Capirotes hacia el cielo,
nazarenos portando hachones, en hileras,
a la una de la mañana,
en adusto lecho, al Cristo yacente, llevan.
Misteriosa, una campana
tañe…, y más hondo recogimiento genera
en el fúnebre cortejo
de penitentes, en esta hora fría y austera.
Grandes, llameantes, cirios
el empedrado riegan, con gotas de cera,
y los brazos, su fatiga,
aguantan, con resignación y entereza.
Dos hermanos, sendas cruces
de pino, sobre sus hombros, llevan a cuestas,
y una recia campanilla,
cadenciosa, invita a contrición sincera.
Roce de túnicas; crepitares de cera…;
surcando la madrugada,
la cofradía, callada,
desaparece… entre las sombras de la vega.
"Víctor de Castellar"
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