CCXLII
(De Chopin a Konstancja)
A veces, me miraban
sus claros, enormes, ojos;
la inocencia pintada
en su arcangélico rostro.
La sala abarrotada…
y yo creo estar solo
contigo, cuando cantas
tus lieds tan armoniosos.
Eres mi otro polo,
la fuerza que me imanta.
Dime que no estoy loco,
que es verdad que tienes alas.
Desaparece todo,
y tú, ahí, tan alta,
mientras lucho, tembloroso,
por sujetar mis lágrimas.
¡El tiempo es tan corto…!
La sala abarrotada,
pero estamos tú y yo solos,
flotando…, mi Konstancja.Víctor de Castellar
No hay comentarios:
Publicar un comentario